Sales de baño con leche, cedro, naranja y romero

Los baños con sales no pasarán de moda jamás. Y no es de extrañar, ya que se trata de una forma muy sencilla de crear nuestro propio spa casero. Si te apetece concederte un momento lujoso en tu hogar, puedes crear tus propias sales de baño naturales con esta maravillosa receta que, además de despertar tus sentidos por la gran experiencia olfativa de los aceites esenciales, te dejará la piel nutrida y suave.

Al realizar tus sales de baño caseras, evitarás el uso de conservantes, colorantes u otros ingredientes químicos controvertidos que suelen contener las sales de baño industriales.

Además, es un regalo perfecto que siempre puede alegrar a cualquier persona ¿no crees? Ya puedes empezar a recopilar tarros bonitos en los que guardar tus sales de baño caseras, para ti o para regalar a tus seres queridos.

Beneficios de las sales de baño

Antes de comenzar con la receta, es importante destacar los múltiples beneficios que ofrecen los baños con sales para el bienestar de tu cuerpo y mente.

En primer lugar, las sales de Epsom, que son las que vamos a utilizar en esta receta, son conocidas por su alto contenido de sulfato de magnesio, lo cual podría ayudar a reducir la inflamación, relajar la musculatura y mejorar la circulación. Sumergirse en un baño de sales de Epsom también puede ayudar a aliviar el estrés y mejorar el estado de ánimo, gracias a la capacidad del magnesio para equilibrar los niveles de serotonina.

Si prefieres utilizar en tu receta sales del Himalaya, las cuales puedes encontrar incluso en supermercados, te alegrará saber que son ricas en minerales como calcio, hierro, potasio y magnesio. Ayudan a detoxificar la piel, mejoran la circulación sanguínea y equilibrar el pH del cuerpo.

Leche en polvo como emulsionante natural

Quizás sea un ingrediente más difícil de encontrar en las sales de baño más convencionales. Sin embargo, la leche en polvo juega un papel clave en la formulación de esta receta. Por un lado, es un ingrediente altamente nutritivo para la piel, la calma y la suaviza. El ácido láctico actúa como exfoliante natural suave, favoreciendo la caída de las células muertas de la piel y aportando sedosidad.

En segundo lugar, al agregar aceites esenciales en nuestra receta y al ser estos no solubles en agua, añadir un agente emulsionante como la leche en polvo, hará que los aceites se integren mucho mejor en nuestro baño, minimizando posibles irritaciones en la piel.

Por último, el hecho de que sea un producto anhidro (libre de agua), permite que podamos conservarlo durante un largo periodo de tiempo en algún tarro fuera de la nevera. Algo que no ocurría si utilizásemos leche en formato líquido.

Aceites esenciales para una experiencia aromática de lujo

Como no podía ser menos, los aceites esenciales son nuestros invitados de lujo en esta receta.  No solo mejoran la experiencia sensorial del baño, sino que también ofrecen propiedades terapéuticas para el cuerpo y la mente. La sinergia de aceites que hemos escogido para esta receta es perfecta para ofrecerte un baño reparador, por dentro y por fuera.

  • Aceite esencial de cedro: es conocido por sus propiedades calmantes y relajantes del sistema nervioso. Además de reducir la tensión y la ansiedad, también tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que podría venir muy bien en casos de pieles con dermatitis o eczemas.
  • Aceite esencial de naranja: se le reconoce por su aroma fresco, cítrico y chispeante. Este aceite ayuda a elevar el estado de ánimo desde la primera olfateada. No se puede negar que es el aroma más alegre en el mundo de la aromaterapia.
  • Aceite esencial de romero: estimula la circulación, por lo que también ayudaría a aliviar el dolor muscular y la fatiga, en general. No podemos olvidar sus propiedades antisépticas y antiinflamatorias, por lo que es ideal para personas con problemas cutáneos, como dermatitis.

Realiza tus sales de baño revitalizantes para el cuerpo y la mente

Comienza reservando un envase de vidrio hermético de unos 400-500 ml, preferiblemente opaco, en el que almacenar tus sales de baño. Es importante que cierre bien para que las sales no absorban la humedad exterior y para que se conserven los aromas por mucho tiempo. Verifica que tanto el envase, como la superficie de trabajo, los utensilios y tus manos estén bien limpios y desinfectados. Para elaborar tu receta necesitarás:

  • 1 taza de sal de Epsom o del Himalaya: puedes usar la que prefieras o incluso mezclar ambas. Podrías sustituirla por sal de mesa común, aunque no contiene las mismas propiedades relajantes y detoxificantes de las otras dos.
  • 1/2 taza de leche en polvo: mejor si es leche entera en polvo, ya que aportará mayor hidratación.
  • 20 gotas de aceite esencial de cedro
  • 20 gotas de aceite esencial de naranja
  • 20 gotas de aceite esencial de romero

 

Elaboración de las sales de baño hidratantes

En un bol, comienza por mezclar los ingredientes secos, es decir, la sal de Epsom (o del Himalaya) con la leche en polvo. Puedes usar una cuchara para mezclar bien estos ingredientes. A continuación, ves añadiendo los aceites esenciales, asegurándote de que quedan bien distribuidos por toda la mezcla.

Ya puedes envasar la elaboración en el tarro que hayas escogido.

Para disfrutar de tus sales de baño, simplemente añade entre 1/4 y 1/2 taza de la mezcla a una bañera llena de agua caliente. Sumérgete en el agua y relájate mientras estos ingredientes naturales trabajan para aliviar tus músculos, calmar la mente y suavizar tu piel. Déjate llevar por el aroma terroso y relajante del aceite esencial de cedro. El aceite esencial de naranja te revitalizará y te arrancará una sonrisa. Y el romero, con su fragancia herbal, completará la sinergia.

 

Anímate a probar la receta y hacer más cantidad para que las personas de tu alrededor la prueben. Si decides regalar, te aconsejamos incluir una pequeña nota con instrucciones para el uso y los beneficios de los ingredientes. Van a quedar encantados.